Un amor que no fue

Por: Roberto Felipe

Gustavo era un tipo calmado, irresponsable y dejado, le gustaban los juegos de meza, experto en el ping pong y el playstation, quizás por que era joven, o tal vez era parte de su ser y nunca cambiaría.

Gustavo conoció a Andrea una tarde de domingo en un parque donde frecuentaba para jugar con su perro Turco, Andrea tenía el cabello largo ondeado la sonrisa bella y destilaba ternura, Gustavo se enamoró de ella, trató de enamorarla y consiguió que fuera su novia.

Pasaba por el colegio a recogerla, él era tímido y la esperaba a la salida mientras sus manos sudaban aun cuando hacía frío, a ella por lo bonita que era no le faltaban pretendientes, Gustavo tenía miedo de perderla.

Ya tenían alrededor de un año de relación, era la relación mas larga que había tenido  Gustavo, él era feliz, hasta que un día Andrea tuvo que confesarle algo; - hace dos semanas salí con un chico, fuimos ha bailar y nos besamos- le dijo ella, en ese instante la realidad se volvió un sueño para él, su corazón latía desesperadamente y sus ojos se nublaron, no sabía que hacer, solo se marchó con el dolor en sus entrañas y la traición en su espalda.

Andrea se sentía mal, para ella fue un error esa salida, no podía vivir con esa mentira y tuvo que confesarle todo a Gustavo, ahora no sabía si hizo bien en contarle.

Pasaron los días y Gustavo no la buscaba, así que decidió buscarlo, lo encontró triste, cansado y sin motivos, le pidió que la perdone, que si él quería podía hacer lo mismo con otra chica, pero ella quería seguir con él por que lo amaba.

Regresaron solucionaron las cosas, pero para Gustavo ya no era lo mismo, la amaba, pero cada día sentía que ese amor se iba acabando, se ayudaba con Andrea, calmaba el dolor que le causó esa traición mientras la olvidaba. Andrea cada día lo amaba más, le prometía cosas y quería casarse con él, quería tener un hijo y entregarle su vida.

Una noche mientras miraban el cielo estrellado y la luna se posaba sobre sus rostros, Gustavo le dijo; - Andrea te estoy volviendo a amar como antes -, Andrea se puso a llorar y le dijo que entonces la había mentido todo este tiempo, que su perdón había sido mentira y que en realidad él jugaba con sus sentimientos y se había vengado de ella, lloró, se desilusionó y se fue.

En los días posteriores Gustavo trató de ubicarla pero no la encontraba, hasta que luego de un par de semanas, logró dar con ella, conversaron y él notaba que Andrea estaba decidida a terminar con todo, ella le dijo que ya no había nada que hacer que los dos fueron deshonestos en su momento, Gustavo estaba de acuerdo, pero su corazón sufría, amaba a esa mujer y podía percibir que los ojos de Andrea eran nubes a punto de regar, intentó arreglar las cosas pero no le puso mucho empeño, Andrea estaba decidida, también amaba a ese hombre que nunca dejó de ser niño, pero al igual que Gustavo el orgullo pudo más.

Luego de un mes Gustavo caminaba por las calles de su tranquila ciudad, con el viento despeinando su cabello ya crecido, cuando escuchó una dulce voz de mujer, que lo llamaba por su nombre, era Andrea, la esperó y la acompañó hasta su casa, conversaron, se preguntaron mutuamente como se sentían y los dos decían que se sentían bien, pero los dos se amaban, los dos querían tocarse besarse y amarse, pero ninguno dio un paso adelante. Llegaron a la puerta de la casa de Andrea, se miraron fijamente, él le dijo: - Te amé -, ella contestó lo mismo, ambos seguían mintiéndose, ambos mataron un amor que pudo ser, hasta el último momento que estuvieron juntos, él dio media vuelta y se fue, ella dejó que se vaya y así murió aquello que pudo ser.

Ya es un año de aquél adiós y Gustavo al despertar cada día en lo primero que piensa es en Andrea.

Ya es un año de aquél adiós y Andrea sale con Javier, amigo de Gustavo.