Formación Integral


El primer cheque

27.05.2008 16:19

 

Por: Roberto Felipe

El hospital Hermilio Valdizán de Huanuco, es un hospital medianamente equipado, como cualquier otro hospital Provinciano del centro del Perú. En ese hospital Gustavo realizaba sus prácticas, PRE profesionales, ya era la tercera o cuarta ves que realizaba aquello, más por falta de trabajo, que por amor a su profesión, allí conoció de cerca el trabajo del empleado público, pudo averiguar que a los empleados nombrados no se les puede sacar del trabajo aun así cometan actos de indisciplina graves.

De ves en cuando uno de los contadores le invitaba alguna papa rellena o el chaufa que vendían en el cafetín del hospital, pero a Gustavo no le importaba, sabía que no recibiría pago por lo que hacía y que las prácticas para la mayoría de los futuros profesionales mediocres eran una pérdida de tiempo, - como lo es la enseñanza de las universidades estatales, no sirven de mucho cuando sales ha desempeñarte al campo laboral - .

Gustavo era demasiado displicente, asistía a aquellas prácticas cuando se despertaba temprano y si se acordaba de aquello, llegó a faltar hasta más de un mes al hospital.

A pesar de todo ello, para las fiestas patrias, cuando los empleados recibían un pequeño bono por aquellas festividades, los practicantes entre ellos Gustavo recibieron una propina de cien soles, fue lo primero que recibió Gustavo en su vida por algún trabajo, fue su primer cheque.

- ?Que hago con este dinero ahora? - Se preguntaba Gustavo, salió del hospital emocionado con dirección al mercado, para comprarse algo - eran los inicios del consumismo que vivía en el -, pero mientras veía las cosas a su alrededor, el sentimiento de regalarle algo a sus padres, hermanos y a su novia pudieron más que el egoísmo inherente que tenemos todos los seres humanos.

Trató que esos cien soles alcancen para todos ellos y así lo hizo, aunque fueran cosas de poco valor, le alcanzó para todos, su emoción era tal que se sentía inmenso, sentía tal satisfacción, que navegaba fuera de si, solo eran cien soles, deseaba poder tener más, para poder comprar el mundo y dárselo a los seres que amaba.

Los seres como Gustavo, están destinados al fracaso en este mundo de libre mercado y egoísmo, el consumismo de Gustavo va a crecer cuanto más se incrementen sus ingresos y su solidaridad consumista buscará la felicidad de sus seres queridos a través de objetos materiales que serán para él un gasto y para sus seres queridos un objeto que será olvidado con el tiempo al igual que olvidado será el gesto consumista de amor.

De todo ello saltan dos caminos para Gustavo, regalar cosas productivas a sus seres queridos, cosas que les brinden un provecho económico, o simplemente ser un egoísta más de los muchos que caminan por el mundo.

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