Formación Integral


Temor

02.06.2008 12:25

Por: Roberto Felipe

No pudo dormir durante la noche, sus pensamientos vestidos de temores naufragaban en el mar de su insomnio. La mañana llegó tan prevista como nunca, Gustavo despertó pero no había dormido, era un ser inerte esos momentos, acababa de graduarse, terminó la universidad y un mundo desconocido se abría ante él.

 - ?Qué haré? -, el temor a lo desconocido lo perturbaba, se sentía indefenso ante el peligro, era un soldado sin armas en el campo de batalla.

 Su madre le desordenó el cabello, le explicó que la vida es así, que cada paso del ser humano es para algo nuevo, que los días las semanas, los meses, los años, no son iguales y nunca serán los mismos, que el enfrentarse a lo desconocido, superarlo y convivir con ello es la esencia del ser humano.

 Gustavo, temía su nueva vida, las aulas los amigos y la irresponsabilidad estaban quedando atrás, delante tenía un mundo nuevo, un trabajo que buscar, responsabilidades que asumir y para lo cual no estaba preparado. Sus padres lo sobreprotegieron por el amor extremo que le tenían, soportaron sus errores y apañaban su desinterés por el estudio, solo por amarlo.

 Ahora tenía que aprender, luchar contra las adversidades, defenderse solo ate el mundo voraz e ingrato, aquel mundo que solo sabe de egoísmo, ese mundo donde el hombre de buenas intensiones sucumbe ante el calculador, ante el hombre para el cual el fin justifica los medios. Ahora tenía que trepar esa cumbre de vivencias opuestas y enigmáticas que en realidad es la vida, mezclarse con ellas y mirar hacia delante.

 Hilda lo tomo entre sus brazos como cuando era un niño, como cuando velaba sus sueños y como cuando se preguntaba: - ?cuándo serás grande hijo? -, Gustavo ese día tuvo que dar el paso, se secó las lágrimas y su madre le sirvió el desayuno.

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